Technology is not a monster. The monster is our constant fear of the unknown. ENG/ESP

For a long time, I had a deep fear of technology. I knew how to cast it in the role of a menacing monster, capable of destroying the world and robbing humanity of its essence. As the course progressed, however, I was able to understand that the role it played in my mind was far from what technology really is.

Technology is not an evil entity with a life of its own, but a tool - powerful and immense - managed by imperfect humans. It is not dangerous or harmful. It can be seen and felt. Though it sometimes seems to slip through our fingers, it is before our eyes every day. And it is almost as human as any of us; it is changeable, it is evolving, and it is ready to help in the face of others' need.

It is the answer to countless questions that would remain unanswered if it did not exist: Talk to a person on the other side of the world via video? Technology. Create an image from a word? Technology. Make it easier for customers to access a service? Technology. It is the possibility, at least for a while, to convince ourselves as limited beings that -almost- nothing is impossible. It is in our limitations that technology lies. At the point of "I can't," this great tool is born.

Although technology is spoken of as the future, it is the present. Perhaps it is its constant surprise that leads us to place it in the uncertainty of the future. But it is the here and now of every day, every place, and every industry.

It is important to learn and understand how to follow its rhythm so that it does not become a distant and cold stranger. It is important to learn how to surf the millions of waves it presents to us. And the millions of waves it will give us. Technology is change, it is progress, and it is determined not to stop growing.

Technology is not a monster. The monster is our constant fear of the unknown.

La tecnología no es un monstruo. El monstruo es nuestro incesante miedo hacia lo desconocido

Durante mucho tiempo, sentí un profundo temor hacia la tecnología. Supe colocarla en el lugar de un monstruo amenazante, capaz de destruir el mundo y despojar a la humanidad de su esencia. Sin embargo, conforme el curso fue avanzando, he podido entender que ese rol que estaba ocupando en mi cabeza, estaba alejado de lo que la tecnología verdaderamente es.

La tecnología no es un ente maligno con vida propia, sino una herramienta -poderosa e inmensa- gestionada por humanos imperfectos. No es peligrosa ni hace ningún tipo de daño. Se puede ver y palpar. Aunque a veces parezca escaparse de nuestras manos, está frente a nuestros ojos todos los días. Y es casi tan humana como cada uno de nosotros; es cambiante, progresa y está dispuesta a ayudar frente a la carencia del prójimo.

Es, a su vez, la respuesta a un sinfín de preguntas que, de no existir, quedarían sin contestar ¿Hablar con una persona por video al otro lado del mundo? Tecnología ¿Crear una imagen a partir de una palabra? Tecnología ¿Facilitar la accesibilidad del cliente a un servicio? Tecnología. Es la posibilidad de, al menos por un rato, convencernos como seres limitados que somos, que -casi- nada es imposible. En nuestras limitaciones es donde radica la tecnología. En el punto del “No puedo.” nace esta gran herramienta.

Si bien se habla de tecnología como el futuro, ella es presente. Quizás es su sorpresa constante lo que lleva a posicionarla en la incertidumbre del futuro. Pero ella es el aquí y ahora de todos los días, lugares y rubros.

Es importante aprender y entender cómo seguir su ritmo para no convertirla en una distante y fría desconocida. Es esencial aprender a surfear las millones de olas que nos presenta. Y las millones de olas que nos presentará. La tecnología es cambio, es progreso y está determinada en no cesar de crecer.

La tecnología no es un monstruo. El monstruo es nuestro incesante miedo hacia lo desconocido.